Cofradía del Santísimo Sacramento de Frailes

Con el fin de que nunca cese el culto a la fe, amor y agradecimiento a Cristo, presente en la Eucaristía, nacen las Cofradías del Santísimo Sacramento, que se desarrollan antes, incluso, que la festividad del Corpus Christi. Con unos u otros nombres y modalidades, las Cofradías eucarísticas se extienden ya a fin del siglo XIII por la mayor parte de Europa. Estas cofradías aseguran la adoración eucarística, la reparación por las ofensas y desprecios contra el Sacramento, el acompañamiento del Sacramento cuando es llevado a los enfermos o en procesión, el cuidado de los altares y capillas del Santísimo, etc.

A raíz de los milagros de los Corporales de Luchente (Valencia) y de la Hostia Sangrante de Bolsena, la fiesta en honor del Santísimo Sacramento fue instituida en 1264 por Urbano IV por medio de la bula Transiturus, para exaltar el amor a Cristo que resplandece en la Eucaristía, y encargó la redacción del oficio al doctor angélico Santo Tomás de Aquino, de la Orden de Predicadores, que compuso una de las páginas más bellas y admirables del Breviario Romano.

Festividad, la del Corpus Christi, organizada y controlada por los capítulos municipales, fue siempre una fiesta de tipo institucional y urbana, ampliamente participativa y de carácter popular, que se difundió por el mundo rural cristiano, y buscaba en cada caso y lugar la integración de todos los grupos sociales y estamentos, pero que sólo desarrollará su máximo esplendor y espectacularidad en los grandes centros urbanos del occidente europeo y ciudades españolas (Toledo, Gerona, Barcelona, Valencia, Murcia y Sevilla), al abrigo de los gremios, parroquias y estamentos.

Su significado central –la exaltación de la Eucaristía, de la institución eclesiástica y del orden social– se imponía por su propio peso: la majestuosa custodia, los inacabables desfiles de parroquias y clero; y la perfecta ordenación de los estamentos. Ello significaría una clara jerarquización, representación y diferenciación de las clases sociales según las distintas épocas, y una práctica simbólica que está articulada en torno a prácticas sociopolíticas y económicas. La fiesta del Corpus Christi ha supuesto siempre, pues, un evidente carácter de afirmación católica ante la herejía, que luego sería ratificada por el Concilio de Trento.

Las noticias sobre la celebración del corpus en la Abadía alcalaína nos las proporcionan las Constituciones sinodales del Abad don Juan de Ávila, publicadas en 1542, en donde se dice el orden que debe llevar la procesión del Corpus y que es el siguiente: Salir de dicha iglesia de Santa María por la puerta principal a la plaza y por la calle Ancha y alrededores de la Mota salir por entre las puertas del arrabal a Santo Domingo, y por el postigo a la plaza, y entrar en la iglesia por la puerta que salió.

En 1779, por facultad del licenciado don Jerónimo Manuel de Buesa, abogado de los Reales Consejos, Provisor, Visitador General de la Abadía de Alcalá la Real, se crea la Cofradía del Santísimo Sacramento de Frailes. El primer hermano mayor que tuvo fue el párroco Juan Manuel de Vílchez, y el secretario Julián Con del Becerro, sacristán de Santa Lucía de Frailes.

Dos son los libros que se conservan el el Archivo Parroquial de Frailes que pertenecen a la Hermandad del Santísimo Sacramento. En uno se encuentran las Constituciones o Estatutos, junto con las actas de las reuniones que celebra la Hermandad. Las fechas extremas van de 1780 a 1831 por lo que se refiere al primer libro, y en el segundo aparecen las cuentas de los años 1851 a 1873.

Las reuniones se celebraban en la iglesia de Santa Lucía, al toque de campana se convocaba a los hermanos y las reuniones comenzaban rezando el himno Veni Creator y la oración Deus qui Corda. El día en que se celebraba la reunión anual era el 29 de junio, festividad de San Pedro y patrón de la localidad.

Los enseres que tenían no eran muchos, que sepamos, un palio de 8 varas de tela, forrado y del que pendían campanicas de plata, llaves y cadenas. 4 barales, un báculo para el celador.

Desde finales del siglo XIX hasta después de la Guerra Civil de 1936, no hay constancia de celebraciones o actos por parte de la Hermandad, de igual modo que desapareció cualquier patrimonio que tuviesen. Habrá que esperar hasta la década de los cuarenta del siglo XX para que los feligreses inicien la adquisición de enseres para mayor gloria del Santísimo. Por parte de Caridad Romero Cano, se compró el Sagrario sobredorado que se encuentra en la parroquia, Y Amadora Garrido Baeza, donó el palio que hoy día acompaña en la procesión del Día del

Señor y en otras grandes solemnidades.

Entorno a 1980, durante el curato de Manuel Peláez Juárez, un grupo de feligreses toman la iniciativa de fomentar los actos religiosos encaminados a fomentar la adoración del Santísimo Sacramento, lo primero que se pensó fue en la adquisición de una andas en las que procesionar al Santísimo en su fiesta, se compraron unas humildes andas de madera que fueron financiadas por Mercedes Vallecillos Cañete y José Gómez López, junto con un palio que se montaba sobre

las andas. Y también se animaba a los vecinos para que adornasen las calles por donde discurría la procesión por entonces el Jueves festividad del Corpus Christi.

Con la llegada a Frailes como párroco de Alberto Jaime Martínez Pulido la idea de volver a que la Hermandad adquiera nuevos bríos va tomando poco a poco más fuerza y el 30 de mayo de 1997 se reunieron un grupo de feligreses a fin de volver a constituir nuevamente la Hermandad del Santísimo Sacramento. De entre las primeras tareas que se propone la Junta es la adquisición de una Custodia que no había, y que fue donada por Matías Romero Pareja. Se trata de una pieza de plata bañada en oro de setenta centímetros de altura, cuyo coste importó 560.000 pesetas y fue construida en los talleres de orfebrería Azahara de Córdoba. Y llegó a Frailes para la festividad del Corpus de 1998. Al año siguiente se compró un trono para el Santísimo en la misma orfebrería por un valor de

1.150.000 pesetas, que fue financiado en su mayor parte gracias a la generosidad de Matías Romero Pareja.

La Hermandad del Santísimo Sacramento, que viene procurando cuando cada año se acerca la fiesta del Santísimo Sacramento, luzca mas que el sol. Anima a los vecinos a que adornen las calles del recorrido de la procesión y sus costaleros lo llevan con mimo para que ese domingo, Dios Nuestro Señor visite a los fraileros y escuche los ruegos de los fieles que cada año esperan la llegada del Santísimo Sacramento.

Para saber más te recomendamos este libro:

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