ANTONIO CANO RUIZ, “EL PIREO”

Me cuentan que la familia del torero “El Pireo” remanecía de Frailes, y me puse manos a la obra para ver cual podía ser su origen. En el padrón de 1920 viviendo en la cortijada de Fuentes Viejas aparece empadronado Cristóbal Cano Pareja de 59 años y viudo. Tiene a su cargo cinco hijos de entre 17 y 12 años, de nombres Magdalena, Domingo, Manuel, Francisca y Rafaela Cano Pozo.

Uno de estos hermanos Manuel Cano Pozo, emigra a Córdoba en busca de un mejor futuro, y allí crea una familia con Josefa Ruiz Siles y fruto de ese matrimonio nació Antonio. En Córdoba, del barrio de “Las Margaritas”. Donde nació el 30 de Julio de 1943, en la casa nº 3 de la calle Alfonso VII . Hijo de Francisco Cano Ruiz y de Josefa Ruiz Siles, que regentaban un bar conocido como “El Pireo” y de ahí el apodo taurino, del joven Manolo fue bautizado en la iglesia parroquial de San Miguel, siendo sus padrinos: Manuel Cano Pozo y Luisa Muñoz Cordero.

Asistió como alumno a la escuela taurina del Frente de Juventudes, reconocido semillero de aprendices del toreo, que tan ilusionadamente dirigía Luis Rodríguez Lòpez.

La primera vez que se enfrentó a un becerro, fue en la finca del ganadero Francisco Amián. El animal atendía por “Lechuguito”, marcado con el número 19.

Platerito” le gestiona una actuación, en Belmez (Córdoba), el 18 de Julio de 1960, que suponía el primer contacto directo con el público; el ganado era de Ramón Sánchez y el cartel se montó en base a un mano a mano con “Romerito”. “El Pireíllo”, así se le conocía desde pequeño, cortó cuatro orejas y un rabo, lo que supuso un brillante despegar de su carrera taurina. Poco después se le verá en Cabra acompañado por el cordobés Joselito Torres, donde también demostró que sus maneras no pasarían desapercibidas.

Hace su presentación en Córdoba (sin picadores), el 17 de Septiembre del mismo año, con novillos de las Herederas de Alfonso Olivares, resultando gravemente herido…” ahí fue donde me dio el novillo, la primera cornada al colocar un par de banderillas “ …. Alternaron junto a Manuel Cano: Francisco Ruiz “Limones” y Manuel Aguilera.

Inicia el año 1962 en el coso de “Los Tejares”, el día 11 de Marzo por la mañana, dentro del ciclo pro-afición, acompañado por José Delis “El Campiñé” y “Limones”. Reses de de Núñez Guerra, una de las cuales le infirió un puntazo.

Nueva actuación, el 15 de Abril, junto a Delis y Gregorio de Gálvez Sánchez. Novillos de Alvarez Hermanos. De nuevo en “Los Tejares” el día 29, con ganado del Conde de la Maza, para los diestros: “El Campiñé”, “El Pireo” y Juanito Méndez; abrió a caballo el rejoneador: Clemente Espadanal. Un mes después (29-Mayo), actúa en Córdoba junto a José Delis y José Luis de los Ríos de Cádiz. Novillos de Alvarez Hermanos. De nuevo el 18 de Julio , reses de Núñez Guerra, para Manolo, José Calzado “Calzadito” y Enrique Fernández Gallardo. Repiten “Calzadito” y “El Pireo”, además de Juan Luis de la Torre, el 15 de Agosto, con ganado de Núñez de Alventos.

La trayectoria profesional del maestro fue muy limitada en el tiempo, pero lo suficiente como para que en cuatro temporadas «se erigiera como primera figura», según ha expuesto Ladislao Rodríguez. También ha recordado que El Pireo, con sus pases sobre el albero de las plazas de toros «puso al público exigente de la época de acuerdo». La carrera del diestro comenzó con 18 años, cuando se vistió de torero por primera vez en el municipio de Belmez, el 18 de julio de 1960, donde cortó cuatro orejas y rabo.

Poco a poco se fue haciendo un nombre en el mundo del toreo y su carrera creció de manera progresiva hasta que llegó la temporada de 1963, que fue su consagración como figura de los niveles más importantes del escalafón. Apenas tres años después, El Pireo ya ocupaba el segundo puesto en el escalafón de figura, tras Paco Camino. Su carrera llegó hasta 1968 cuando decidió retirarse del toreo, aunque en 1971 reapareció en cinco festejos. El Pireo «vivió una época del toreo muy intensa, que abrió el camino de la gloria»; además, fue contemporáneo de Manuel Benítez El Cordobés.

Además de dedicarse en cuerpo y alma a las corridas de toros, El Pireo llegó a protagonizar todo un clásico de la filmografía taurina, Currito de la Cruz, película en la que representaba el papel de un inclusero que llega a matador de toros empujado por las ganas de vencer al hambre y la miseria que le rodeaban. La película, rodada en 1965, fue dirigida por Rafael Gil y en la misma compartió cartel cinematográfico junto a los actores Francisco Rabal, Arturo Fernández y Soledad Miranda.

En Alcalá la Real se creó un Circulo Taurino que llevó en nombre de “El Pireo” y su bar aún conserva el nombre, y no solo la taberna sino que la zona es conocida como el Pireo.

Rubén Cano, uno de sus cinco hijos, heredó la pasión por la tauromaquia de su padre y quiso ser torero. Al respecto, el comisario de la muestra ha recordado que tomó la alternativa en mayo de 1998 y aunque toreó en bastantes festejos, finalmente tuvo que abandonar su sueño por una «lesión inesperada en el hombro y tras varias operaciones», ha recordado Rodríguez, quien ha tildado de «histórica» esta muestra para «un gran torero de Córdoba».

 

 

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