Cuando llegamos al primer cuarto de siglo XXI no queda lugar, villa o ciudad que no tenga un nuevo letrero que acredite al viajero el nombre del sitio al que ha llegado. Hemos pasado de aquellas señales de lata con letras en negro a los nuevos planteamientos de información en donde lo moderno pone en valor a la localidad que lo exhibe.
Causar una buena impresión a los visitantes y turistas de una localidad es el factor decisivo para que deseen volver o recomendar el viaje. La gastronomía, los servicios e infraestructuras y los lugares emblemáticos, son el principal reclamo de un lugar. Sin embargo, la estética debe estar acorde y reflejar el espíritu del sitio. Por ello, es importante cuidar la decoración de las entrada a la localidad.
A día de hoy, la decoración de rotondas también busca transmitir los valores esenciales de la ciudad a través de sus símbolos más característicos. Por este motivo, es habitual encontrar en ellas representaciones de escenas históricas u homenajes a personajes y hechos célebres. Otras en su lugar, se encuentran tematizadas sobre cuestiones sociales. Dependiendo del lugar en el que se sitúen, podemos encontrar rotondas decoradas de diferentes maneras: con fuentes, estatuas, obeliscos, señales de tráfico, esculturas y plantas, entre otros.
Además de los elementos mencionados anteriormente, es muy común que las rotondas contengan letras en acero de corte que formen el nombre de la ciudad. Estas suelen presentar una estética llamativa, aportan información a los usuarios y sirven como método para dar la bienvenida a esa área municipal a los visitantes, por lo que son un recurso muy empleado en determinadas zonas de la ciudad. De esta manera, encontrar rotondas con el nombre del lugar en la entrada de los municipios es un recurso que podemos ver en numerosos lugares.
Otros de los elementos que podemos ver en los diseños de decoración de rotondas son las figuras en acero de corte. Puesto que este material presenta una gran resistencia, los trabajos de rotulación en acero corte son la mejor opción cuando los elementos se van a situar en el exterior.
En la era de las redes sociales, ciudades como Valencia, Amsterdam o Toronto son ejemplos que confirman el valor visual que aportan los letreros gigantes como parte de su topografía urbana. Estas letras corpóreas gigantes son adiciones coloridas a su paisaje ciudadano y sobre todo, un punto de referencia para turistas y locales donde sacarse fotos para la posteridad. Un selfie spot perfecto que además, si se diseña bien, puede funcionar como mobiliario urbano.
La tendencia se ha vuelto global y ya se ha vuelto normal encontrar este tipo de letreros gigantes incluso en pequeñas ciudades o pueblos.





