El posado 5 de diciembre tuvo lugar la entrega del premio honorifico “Santa Lucía”. Unos galardones que se crearon el año 2016 y con los que se reconoce el esfuerzo, la dedicación, el trabajo bien hecho de personas y colectivos en los distintos ámbitos de la sociedad frailera.

 

Una cita ya emblemática en la que se premia el compromiso y el bien hacer de los fraileros para de esta manera hacer que nuestra Villa sea conocida fuera de nuestras fronteras. La comisión de Participación Ciudadana, que es la encargada de otorgar los premios honoríficos Santa Lucía, ha considerado que es merecedor de ello: El Coro y Rondalla de Frailes.

Las rondallas nacieron en la España medieval. Se trataba de grupos cuyos miembros tocaban instrumentos de cuerda, y que solían cantar canciones románticas cuando iban a dar serenatas. Cantaban en las calles y frente a las casas para celebrar el aniversario de sus seres queridos. Y así fue en Frailes un grupo de amigos recogieron la tradición y formaron una primitiva rondalla con guitarras, laudes y bandurrias.

Luego llegó a Frailes Inmaculada Campos Torres y creó un Coro Parroquial con los niños de la Villa, al que se fueron añadiendo los mayores de la localidad y comenzaron a investigar en el folclore de nuestra querida Sierra Sur, recuperando canciones, villancicos, y hasta las vestimentas de antaño.

La voz es uno de los canales expresivos más ricos que una persona posee. Cantar entusiasma, emociona, une, representa… Las personas se acercan al coro con búsquedas diferentes. Hay quienes desean “aprender” a cantar, quienes buscan un espacio de canalización de sus intereses artísticos o quienes buscan ocupar su tiempo libre, compartiendo con otros una misma afición.

Muchas de las personas que integran nuestro Coro y Rondalla, no leen música, ni tienen conocimientos musicales específicos. Pero logran comprender y utilizar conceptos para desarrollar habilidades que les permiten potenciar su sensibilidad, logrando una profunda elevación personal y una revalorización del uso constructivo de la fuerza del grupo. Este Coro es una pequeña sociedad, y por consiguiente una actividad que genera ciudadanía. Es un trabajo colectivo donde las individualidades se debilitan, puesto que el fin es el mismo para todos. Se ejercita de manera constante y necesaria la preocupación por el bien común. Interés, identificación, tolerancia y el respeto por las diferencias del otro, transforman a la actividad coral en una positiva escuela de democracia.

La velada fue deliciosa, y los premiados nos dejaron lo mejor de su repertorio.

Enhorabuena al Ayuntamiento y a los premiados, y ya que estamos ¡Felices Pascuas!